Horacio Díaz Pendás: En uno de sus tantos
planteamientos estratégicos decía José
Martí: Líbrenos Dios del invierno de la memoria, y yo creo que
a la enseñanza de la Historia le corresponde un papel destacado en este proceso
de educar en valores, en primerísimo lugar, para mantener viva la memoria en
las nuevas generaciones. Hablo de una memoria que no se puede concebir solo
como lo heredado, sino continuamente enriquecida con la labor contemporánea de
todos los que son protagonistas colectivos de la Historia. Somos identidad,
entre otras cosas porque somos memoria.
“Siempre me he tratado de explicar la enseñanza de la Historia como una
síntesis de ciencia, arte y pasión. Ciencia porque exige un dominio del
contenido, debidamente actualizado; arte, porque desde el campo metodológico,
en las maneras de decir hay claves para llegar al alumno e intercambiar con él;
y pasión porque los muchachos han de percibir que tienen delante a una persona
profundamente convencida de lo que está diciendo, en quien lo cognitivo y lo
afectivo constituyen una unidad.
Y para mantener la memoria viva, los estudiantes de Fundamento de Historia Social Dominicana (Secciòn 28), nos presentan el siguente trabajo.
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